Turbiedad y abandono

A nadie escapa que nuestro municipio está atravesando momentos difíciles. Basta con darse un paseo por sus calles para comprobar el lamentable estado en el que se encuentran. El otro día sin ir más lejos, hablaba con un vecino de La Rábita que ya no vive aquí, pero que pasa en ella parte del verano. Me contaba que tras recorrer su pueblo sintió pena al creer por momentos que estaba recorriendo el centro una aldea de cualquier país balcánico o africano. En las calles anchas y grises pudo ver los cables de la luz colgados danzando libremente al ritmo del viento; los baches y socavones del asfalto; las aceras cubiertas por basura de todo tipo y colores; el paseo marítimo sucio y abandonado, sus jardineras marrones y secas como la arena del desierto, sus palmeras decrépitas y moribundas parecen pedir que alguien termine con su sufrimiento; el polideportivo vacío y dejado de la mano de Dios;... Me recordaba sus tiempos de niño, con la cara mitad aturdimiento mitad melancolía, mientras afirmaba que a pesar de que los tiempos han cambiado y las necesidades de los ciudadanos no son las mismas, los servicios que se siguen ofreciendo son los mismo que antaño, pero en un estado mucho peor. Cuando la luz no se va, los bajones de tensión acaban por romper los aparatos eléctricos que tenemos en casa, aunque para el caso da lo mismo, ya que ni se ve la televisión, ni se escucha la radio, ni se puede navegar por internet de manera razonable. Tampoco hay una biblioteca, y si la hay es como si no existiera. La tasa de basura es más alta que la de la ciudad en la que trabaja, sin embargo el servicio es malísimo. No hay contenedores, ni reciclaje, ni limpieza, ni orden.

Me habló también de sus veranos en la playa, cuando a La Rábita y al Pozuelo venían turistas de toda España y del extranjero. Cuando conocían personas que se convertían en sus amigos y ligues de verano. Me cuenta que algunos lo han sido y lo son para toda la vida. Pero ahora no hay nadie, y me dijo entender el por qué. Para encontrar un grano de arena en la playa, hay que apartar primero las colillas, las cáscaras, los papeles, la basura en general, y las enormes piedras que impiden tumbarse un rato al sol. No hay servicio de socorro, ni cruz roja ni protección civil. Tampoco está balizada la zona de baño, ni señalizada la salida de los barcos. Algo que no ha visto nunca en ninguna playa de las que ha visitado en los últimos años. En toda la conversación sólo sonrió cuando le conté que el mar no se ha balizado porque, aunque es obligatorio, el ayuntamiento no ha pagado su parte del coste ni para este año ni de los anteriores. Y no pudo evitar una carcajada cuando le conté quién y de qué partido es el concejal de turismo y playas. ¿Del Partido Independiente?, parece mentira, sentenció. Y la verdad es que no hace falta hacer ningún comentario más, pues todos sabemos cual ha sido y es el discurso del PIRL -los auténticos rabiteños y los únicos que defienden el bien para La Rábita- y que están haciendo en el gobierno municipal.

Hablando de gobierno municipal, hoy nos hemos despertado con una noticia curiosa. Parece que no bastó con el susto del colegio. Según reza la noticia, un empresario de Albuñol ganó un concurso público en junio de 2007 para el alumbrado del pueblo con un presupuesto de 62.000 €, aunque antes de esta fecha, debido a que en mayo había elecciones municipales, ya había empezado la obra tras un acuerdo verbal. Estos acuerdos verbales entre el alcalde y el empresario habían fructificado, según informa IDEAL, para otras dos obras municipales menores. El problema surge cuando el empresario recibe dos pagarés de 30.000 y 32.000 € que fueron devueltos por incorrientes. El empresario cuenta que tras ello, el ayuntamiento le realizó una transferencia por internet para compensar el primer pagaré devuelto, aunque el ingresó no pudo realizarse por falta de fondos. Según su versión, la deuda del ayuntamiento con él es, nada más y nada menos que de 112.672 euros.

Las declaraciones del alcalde al respecto son para reírse: "Por parte de esta Alcaldía se ha actuado dentro de la legalidad y con muy buena fe para echarle una mano a esa empresa", dice el Excemo. afirmando además que la culpa es de la Diputación de Granada por no dar el visto bueno al haber cosas que no coinciden con el proyecto. Entre tanto, el interventor se lava las manos y dice que cuando se hizo la adjudicación de las obras él estaba de baja laboral. También afirma que existen escritos contradictorios entre los socios de la empresa y de dos empresas con diferente nombre pero con el mismo administrador. En fin, un lío de agarrarse y no menearse.

Mientras esperamos cómo se resuelve este asunto tan turbio nos preguntamos dónde está y qué tiene que decir la concejala de Economía, dónde está y qué tiene que decir el interventor, y dónde está y qué tiene que decir la actual dirección del PSOE de Albuñol, así como el el PSOE de Granada que les ampara y dan cobijo. Del alcalde no nos preguntamos nada porque ya se sabe todo. Aquí estamos esperando respuestas, unas respuestas que los vecinos y vecinas merecemos porque, al fin y al cabo, se trata de nuestro dinero como contribuyentes y del presente y futuro de nuestros pueblos.

Volviendo al tema anterior. Mi amigo me comentaba que una de las cosas que más le llamaba la atención era ver como aun queda gente que defiende a capa y espada al actual gobierno del ayuntamiento formado por el padre, la hija y el PIRL. Tal y como me decía, no hay más ciego que el que no quiere ver, y que a veces el fanatismo puede apartar de la realidad hasta el punto de convencer de que hay cosas donde no las hay, de que lo feo es bonito, de que lo sucio está limpio, lo viejo está nuevo, y de que lo oscuro y turbio es claro y trasparente. ¿No estás harto de todo esto?, así terminó la conversación.