El Pacto de la desconfianza

Finalizadas las elecciones municipales, comienza una legislatura con el pacto más famoso de la provincia entre padre, hija y Partido Independiente de La Rábita. Digo padre e hija porque no ha sido padre y PSOE ya que ni la Asamblea socialista de Albuñol ni el segundo concejal de la lista han aceptado dicha unión. Pero no quiero hablar de este tema ya que necesitaríamos varios artículos para decir toda la verdad.

Quiero hablar de los motivos que han llevado a padre, hija y PIRL ha alcanzar este pacto. Lo del padre y la hija estaba cantado, por mucho que la hija mintiera en la campaña electoral y nos quisiera hacer creer lo contrario. Pero ¿qué ha llevado a padre e hija a pactar con el PIRL y al PIRL a aceptar el pacto con padre e hija?

Digamos de antemano que la primera intención de padre e hija era pactar con el PSA porque no le apetecían muchos romances con el PIRL. Como no pudo ser ese pacto porque la exigencia del PSA fue que la hija fuera alcaldesa desde el primer día, y el padre no podía consentirlo, no quedó más remedió que rondar al PIRL al que ya el padre dio una puñalada trapera la legislatura anterior. Por supuesto la exigencia del PIRL fue la aceptación de la creación de la ELA de La Rábita en los términos y con la delimitación territorial que ya se había rechazado anteriormente por padre e hija.

No quedó más remedio y padre e hija tuvieron que aceptar el trato. O eso o la niña no sería alcaldesa. Y había que ‘lanzar’ a la niña a cualquier precio. Se lo habían prometido en Granada. Aquí nació el pacto de la desconfianza.

El PIRL sabía que la única posibilidad de sacar adelante su Entidad Local Autónoma en los términos que ellos mismos habían diseñado era contando con los favores del PSOE. Sin embargo no se fiaban de padre e hija, por lo que exigió que en el primer pleno que se celebrase se informara favorablemente sobre el expediente. Y así fue. Se cambiaron los informes negativos anteriores por otros que no dificultaran el camino de la ELA y se aprobó inicialmente el expediente.

Pero la desconfianza sigue. Sigue porque el PIRL sabe que padre e hija no quieren la Entidad Local Autónoma para La Rábita. Y saben que todavía el expediente no esta aprobado definitivamente. Padre e hija pretenden alargar la tramitación del expediente hasta que la hija pueda ser alcaldesa a finales de 2008. Y para ello necesita los votos de los independientes de La Rábita. Una vez la hija sea alcaldesa ya no necesitaran a los independientes rabiteños y podrán dinamitar el expediente. Pero todo esto el PIRL lo sabe y exigirá la aprobación definitiva de la ELA antes de votar a la hija como alcaldesa. Por si acaso, padre e hija siguen tirando los tejos al PSA a ver si pueden cambiar la pareja de baile.

Como veis un panorama de fingida calma, confianza y amores eternos. Veremos quién se lleva el gato al agua. Mientras tanto ‘confianza’.

Un desterrado. Y anda que no hay.