El plan maestro

Si durante cuatro años, le prometes a un estrecho colaborador, que la mejor opción para el futuro del partido pasa porque sea ese colaborador el que encabece la lista, dicha persona se esforzara en hacerte mas fácil tu labor de opositora política . Si además, mientras tanto, ese colaborador acomete situaciones de la que es difícil salir indemne, te aseguras parte de animadversión hacia él, con lo cual has dejado sentadas las bases para que cuando se plantee la creación de las listas electorales en la siguiente campaña, esa persona no goce de la popularidad necesaria.

Como sospechas que tu ya no gozas de la inmunidad de antaño (sólo hay que observar la labor opositora que has llevado a cabo durante la legislatura y porque no decirlo, los brillantes resultados electorales que te aupan al altar de los derrotados mas insignes en la historia del municipio), has ido cebando el malestar en la agrupación, y sabes que la formación de una lista se antoja harto difícil… Pero ya has movido tus fichas y en Granada has expuesto el plan maestro. Y llegamos a ese día crucial, donde con la ayuda de la mayoría de la asamblea, apuñalas a un amigo, el resto da igual, todo está preparado.

Pero no contabas con el empecinamiento de unos pocos, que desaparecerán, pero tu imagen, ya no la podrás vender como la querías vender. Ahora todos han visto tu rostro. No tienes esas cualidades que querías mostrar, no te atormentes, no todo el mundo las tiene; y mira, los mediocres socialistas siempre acaban en la ejecutiva provincial…

Pero ya te conocen los votantes a los que has mentido, y por mucho que en esos dos años en los que vas a ser nuestra alcaldesa intentes acabar todos los proyectos que tu y tus amigos de Granada habéis ido retrasando, hemos reconocido tu expresión. Y sabemos que eres capaz de sacrificar y por que. Y créeme, incultos como somos, tenemos la certeza y te podemos decir que no vale la pena, al menos para la mayoría de nosotros.

No representas a la mayoría de socialistas, por muy deprisa que afilies a los allegados que te envían desde el frente paterno, e impidas y entorpezcas la afiliación de aquellos que no profesan la misma ideología continuista y endogámica de tus afines.

Tal vez me equivoque, pero dicen que el tiempo pone a todos en su sitio.

El cuarto desterrado